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Otra ola de frío extremo pondrá a prueba al sistema energético: temen nuevos cortes de gas

Con el antecedente de la crisis de principios de julio, el sector energético se prepara ante una posible nueva ola polar. Ejecutivos y expertos alertan por fallas estructurales, demoras en decisiones y falta de coordinación. La amenaza de nuevos cortes pone en alerta a hogares, industrias y estaciones de GNC.

  • 13/07/2025 • 09:21

En pleno mes de julio y a pesar de algunas jornadas templadas, las alarmas ya están encendidas en el sector energético nacional. Ejecutivos del área anticipan que podría producirse una nueva ola de frío extremo en los próximos 15 días, situación que, de repetirse con la intensidad del evento registrado a comienzos del mes, pondría nuevamente en jaque al sistema de abastecimiento de gas en todo el país.

“Se habla de una segunda ola de frío dentro de 15 días”, señaló un alto directivo de una empresa gasífera que participó del Comité de Emergencia convocado por el Gobierno. Aquella crisis dejó una secuela que todavía resuena: cortes en contratos en firme y hasta en hogares, algo que el sistema procura evitar por los riesgos operativos y sociales que conlleva.

Desde el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) informaron que las previsiones climáticas anuncian un descenso de temperaturas, pero sin llegar al pico de demanda de principios de julio. Según las proyecciones, el consumo de los usuarios prioritarios —como hospitales, escuelas y viviendas— se mantendría alrededor de los 80 millones de metros cúbicos diarios (MMm3d), un nivel que, aseguran, podría ser abastecido sin cortes mediante un esquema de medidas preventivas que incluyen:

  • Importación de GNL por parte de Enarsa
  • Transición del sistema eléctrico hacia combustibles líquidos
  • Cortes programados a contratos interrumpibles (GNC)
  • Uso pleno del line pack, cuya capacidad máxima se alcanzará este fin de semana

No obstante, desde el sector privado insisten en la necesidad de elaborar un “plan B”. La preocupación radica en que, durante la última ola polar, el sistema registró un consumo histórico de 100 millones de metros cúbicos diarios, coincidiendo con fallas técnicas en yacimientos de Vaca Muerta y una baja abrupta en la oferta.

Entre el 30 de junio y el 2 de julio, la Secretaría de Energía demoró la conformación del Comité de Emergencia, lo que derivó en decisiones tardías y recortes forzados. Según revelaron fuentes del sector, hubo dos petroleras que dejaron de entregar un total de 40 millones de m3, justo cuando la demanda nacional se disparaba.

“Las petroleras deberían informar con antelación si tienen problemas de producción, y la Secretaría actuar de inmediato”, cuestionó un ejecutivo de una distribuidora. Además, señaló la pasividad de algunos parques industriales que no cumplieron con los recortes exigidos durante la emergencia.

El Plan Gas, diseñado para garantizar una base de producción local, no cubre los picos invernales. Por eso, Enarsa debe complementar con importaciones, y Cammesa se encarga del suministro para generación eléctrica. Pero esta coordinación, clave ante eventos extremos, falló estrepitosamente durante la primera semana de julio, según admiten voces tanto del sector público como privado.

TAPA DEL DÍA

El exvicepresidente de Cammesa, Mario Cairella, aportó una mirada crítica: “El sistema no estaba preparado para un evento extraordinario, y hubo una grave falta de coordinación entre la Secretaría de Energía, Enargas y Cammesa”. Según su análisis, la pérdida de presión en el line pack fue un factor clave. “Cuando baja la presión, el gas no se mueve. Los medidores cortan automáticamente por seguridad, y volver a reconectar requiere intervención manual casa por casa, como ocurrió en Mar del Plata”, explicó.

Además, criticó el hecho de que no se haya anticipado la situación pese a contar con pronósticos precisos: “Si se hubiese formado el comité de emergencia uno o dos días antes, el impacto habría sido mucho menor”, aseguró.

En términos estructurales, también advirtió por la falta de obras estratégicas como la reversión del Gasoducto Norte y la construcción de nuevas plantas compresoras. “El Estado dejó de sobregarantizar la oferta con importaciones, lo que redujo el margen de maniobra ante un evento extremo”, señaló.

De cara a la segunda mitad de julio, el sector se mantiene en alerta máxima. “Si viene otra ola de frío como la de principios de mes y dura más de dos o tres días, el riesgo de nuevos cortes a usuarios residenciales es real”, advirtió Cairella.

Diario TAPA DEL DÍA


Opinión pública razonada: La crisis del gas que vivió Argentina a comienzos de julio no fue sólo un fenómeno climático: fue un espejo que reflejó la fragilidad de un sistema energético tensionado al límite. La falta de previsión, la descoordinación entre organismos y el retraso en inversiones críticas exponen una situación que se repite y se agrava. Frente a otro posible evento extremo, la sociedad espera que la lección haya sido aprendida. El desafío no es solo técnico, sino político y estratégico.